Docencia Universitaria

Los profesores universitarios enseñan materias académicas o laborales a los estudiantes en la educación complementaria o superior. Preparan y dan clases, seminarios y clases reducidas. 

Los profesores universitarios evalúan el trabajo, escriben informes del progreso de los estudiantes y corrigen exámenes.

El rol del docente en la universidad

El rol del docente universitario es el de promover un aprendizaje que favorezca la práctica profesional. Esto requiere no solo la enseñanza de los conocimientos necesarios para el ejercicio de las profesiones, sino también una formación que impulse la autonomía y el pensamiento crítico. 

Teniendo en cuenta que la instancia universitaria no es solo un lugar de adquisición de conocimientos, sino también un espacio para la formación continua, es prioritario contar con docentes que no sean únicamente capaces de brindar contenidos de calidad, sino que también cuenten con herramientas y nociones pedagógicas para el buen ejercicio de la docencia en el Nivel Superior. 

Es decir, que la enseñanza universitaria favorezca una posterior inserción profesional exitosa, a partir de ofrecer contenidos de calidad y una forma de enseñanza anclada tanto en la práctica como en el pensamiento crítico. El rol del docente universitario: enseñar contenidos, promover el pensamiento crítico y favorecer la inserción profesional 

En la gran mayoría de las experiencias de aprendizaje universitario se dan pocas instancias donde el docente haga más que transmitir los conocimientos de una materia. Tal vez algunas excepciones pueden darse en aquellas experiencias de aprendizaje en grupos reducidos o en instituciones orientadas a la formación docente. En estos casos, la enseñanza incluye lo formador, además de la transmisión de conocimientos. 

Según la UNESCO (2009), la universidad tiene, entre varios otros compromisos, la responsabilidad de contribuir a solucionar los problemas de su región. Es prioritario que la universidad “prepare una fuerza de trabajo competitiva, además de tomar a la formación profesional como crecimiento individual o un traspaso de saberes enciclopedistas”. 

La reflexión sobre la tarea docente universitaria es clave para el mejoramiento de los profesionales que egresan. La transmisión de un saber es apenas una de las dimensiones pedagógicas que hacen a la formación universitaria, por lo que es necesario un planteo más abarcativo de la revisión de la tarea docente. 

Esto implica que quienes enseñan en un nivel universitario no solamente sean expertos en sus materias, sino que además cuenten con herramientas que permitan integrar a los alumnos, fomentar su autonomía y favorecer su formación crítica. 

Como expone De Vicenzi (2011, p.2), la experiencia y la vocación no alcanzan para ejercer la enseñanza universitaria, sino que es necesaria la formación pedagógica de los docentes de niveles superiores. 

Volviendo a De Vicenzi (2011, p.8), la autora destaca la necesidad de que los docentes desarrollen un perfil comprometido con la formación por sobre la información, capaz de interactuar en diferentes contextos sociales y que pueda acompañar a los alumnos respetando la diversidad, el disenso y las diferentes necesidades.

Desde mi punto de vista la universidad debería ser: un espacio de formación para la vida 

Concebir una universidad comprometida con la formación por sobre la información requiere repensar la dimensión universitaria como una instancia más amplia que la de la adquisición de los conocimientos profesionales necesarios para ejercer. 

 

Si solo se evalúa el saber, ¿cómo se consiguen profesionales autónomos, capaces de ejercer sus profesiones en toda su complejidad? Más aún, sin la inclusión de una formación integral que comprenda el desarrollo de actitudes como la autonomía, ¿cómo brindar una enseñanza de calidad en aulas cada vez más masivas y diversas? 

La universidad debe contemplar su rol como organismo interviniente en el desenvolvimiento de lo social. La UNESCO, en el documento titulado Declaración Mundial sobre la educación superior en el siglo XXI: visión y acción (1998) y en el comunicado emitido en julio de 2009 como resultado de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior celebrada en París señala que la universidad tiene por funciones: 

Conclusión 

La universidad debe contemplar su rol como organismo interviniente en el desenvolvimiento de lo social. Es decir, contribuir a 

Dar respuestas a los problemas complejos y polifacéticos que afectan a la sociedad, generar un mejor acceso al estado actual del conocimiento y formar profesionales competentes y comprometidos con los problemas sociales y culturales que puedan responder a las demandas del mundo productivo. (UNESCO, 2009).

En este sentido, es necesario formar docentes que puedan dar respuesta a este desafío. Contar con profesionales de la enseñanza superior preparados para lidiar con aulas masivas, con trabajadores que estudian y con estudiantes que son mucho más que repositorios vacíos de contenidos. 

Repensar la forma de enseñanza de nivel superior, apoyada no solo en los contenidos de calidad, sino en la formación que considere el desarrollo de actitudes como la autonomía y el pensamiento crítico, y formas de enseñanza, que favorezcan un aprendizaje basado en el hacer, permitirán, junto con otras dimensiones, incluir a los estudiantes a las aulas y mejorar la inserción de profesionales que contribuirán al mejoramiento social. 

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